Se trata del término anglosajón que en español significa «abandono de basura», y es interesante abordarlo desde el punto de vista de la depuración de responsabilidades.
En ocasiones, podemos observar bolsas de basura o residuos sueltos en zonas que no están habilitadas para ello. Este abandono de basura puede ser consecuencia de la falta de responsabilidad por parte de los consumidores que gestionan sus residuos, a los que podríamos preguntar ¿Por qué te desplazas a comprar algo que necesitas pero no lo haces para depositar los residuos generados? Esta pregunta podría ser objeto de debate pero, también sucede que los responsables de ubicar contenedores cerca de los usuarios no siempre gestionan bien la logística y distribución de los mismos, complicando muchas veces la labor de reciclaje por parte del usuario final.
Afortunadamente, creemos que la aplicación de la nueva normativa de residuos y economía circular, fomentará la práctica de la recogida de residuos puerta a puerta y la valorización de estos.
Por todo ello, cuando pasemos por zonas donde exista un alto valor ecológico o de servicios ecosistémicos (vegetación, agua limpia, biodiversidad, etc.) y encontremos basura abandonada en forma de littering, reflexionemos sobre cuanto queda por hacer en el campo de la educación ambiental.